Algunos
familiares de los detenidos que están en calidad de inculpados ya están sufriendo las
consecuencias de aseveraciones periodísticas que no tienen sustento legal, porque las
investigaciones aún no concluyen.
Está el caso de estudiantes que dejaron de asistir a clases o de ciertas esposas que
renunciaron a sus empleos. También los bancos cerraron el crédito a empresas vinculadas
con los investigados. ¿La razón? Es muy sencilla. El tema de la corrupción en el Perú
es muy sensible y nadie quiere involucrarse con los investigados.
Esta situación debe hacer reflexionar a los periodistas al escribir o comentar temas que
por ahora están en el debate público, siendo la ética el fundamento de los hechos.
En primer lugar, está la verdad. ¿Qué es la verdad para el periodista? ¿Puede el
periodista ser objetivo frente a determinados hechos que tienen distintas lecturas?
¡Sí, si puede! Con responsabilidad se debe escribir sobre los hechos y no sobre las
personas, a menos que haya pruebas irrefutables que involucren nombres propios. La verdad
será siempre el mejor aliado del periodismo serio, responsable y con peso en la opinión
pública.
Los lectores premian a los periodistas que son responsables en sus opiniones. Ellos
valoran los escritos que se ciñen a la objetividad (léase verdad) posible. Un
comunicador que sabe lo que escribe, definitivamente tendrá siempre
"seguidores" que cada día busquen sus notas para saber la verdad de los hechos.
En segundo término, está la ética periodística. No sólo basta conocer la verdad para
difundirla, sino también para saber cómo decirla sin necesidad de manipular la
información. No es lo mismo escribir "Fulano recibió US$ 2 millones" que
"Se presume que Fulano recibió US$ 2 millones".
Si no se tiene la información veraz, mejor no mentir ni exagerar. Es preferible,
"perder" una exclusividad pero luego difundirla, que publicarla y retractarse
después.
Por cierto que la verdad es la base de la ética que trae consigo el respeto a las
personas. Aún en el caso de tener las pruebas necesarias, se debe ceñir estrictamente a
ella y no añadir, por presunción, otros cargos contra la persona.
No olvidemos que el periodismo es la más noble de las profesiones o el
más vil de los oficios, según cómo se use. La construcción de una nueva sociedad
latinoamericana depende en gran parte del periodismo como institución rectora de la
opinión pública:
* César Sánchez Martínez
Profesional peruano con más de 23 años de experiencia en el periodismo latinoamericano.
Ha sido editor de diarios, radio y televisón del Perú.
Actualmente dicta cursos y charlas sobre ética periodística y gestión empresarial.
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