Morbo, expectación, un gigantesco dispositivo de seguridad, un estado de alerta máxima en donde cualquier ciudadano
puede ser sospechoso y el común denominador se llama miedo, es el saldo que provoca el
primer aniversario de los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre no sólo en
Nueva York, Washington o Pensilvania sino ante todo el teleauditorio.
A cumplirse un año, Laura Bush (esposa de Baby Bush) pide a todos los norteamericanos no
enciendan sus televisores y el mensaje está dirigido principalmente a los niños debido a
las imágenes desoladoras y con la mínima cruda moral que la televisión mundial
transmitió aquel día y que repitió en su aniversario. Por su parte, Tv Azteca y
Televisa manejan la información del caso teniendo presentes a los mexicanos víctimas de
la desgracia norteamericana que murieron en el icono norteamericano derrumbado (las torres
gemelas).
En canal 7 (Tv Azteca) aparece Juan Carlos, migrante mexicano acaecido que en pos del
sueño americano encontró trabajo en el bajo Manhattan y filmó con su cámara casera el
lugar donde laboraba para que su familia supiera con detalle lo que hacía en Nueva York.
Su hijo, llorando ante las cámaras de esta televisora, relata las imágenes del pasado 11
de septiembre, posteriormente su esposa continua la narración en tanto la bebé llora sin
consuelo. Aquel día la tv refleja nostalgia, lucrar con el mal ajeno y hacer sentir
unión al pueblo mexicano y latino de que nos duele a todos. No hay quien se salve.
Lilly Téllez en el estudio y Pablo Latapí desde Nueva York informan, alertan, juegan con
el sentimiento público y comercian con la zozobra y el chisme de lo que puede acontecer o
recordarse de lo ocurrido. Inmediatamente después Rosario Chavarría, una mujer mexicana
que vive en la todavía hoy capital financiera del mundo relata lo que ocurrió en menos
de una hora con 45 minutos el año pasado. José, otro testigo latino menciona:
"fueron imágenes desgarradoras, vivimos el pánico".
Las cifras varían, las oficiales hablan de mil 350 muertos reclamados por sus familiares
y 184 en el Pentágono, los 40 de Pennsilvania y un centenar más de personas
desaparecidas. También se habla de 20 mil partes de cuerpos humanos que faltan por ser
identificados. Las imágenes no dejan de pasar, en cualquier canal aunque le cambiemos
seguimos viendo lo mismo, imágenes que cambiaron la vida del mundo: las torres gemelas en
llamas y derrumbándose; el humo en los campos de Shanksville Pennsilvania, donde cayó el
vuelo 93 de United Airlines; y una de las cinco caras del Pentágono destruida y rodeada
por bomberos, los "heroes" a final de cuenta del saldo negro de aquel martes 11.
"Son imágenes del fin del mito de la invulnerabilidad", como lo llama el
periodista Jesús Esquivel. (1)
Hay quienes hablan de unas 2 mil 823 personas que murieron en la mentada Zona Cero,
mientras CNI, Canal 40 de México menciona 3 mil de plano. Y es que el poder de la
televisión es tan inmenso que penetra y provoca lo que el Mc Luham diferenció entre el
comunicar e informar. El comentario hace alusión a lo que en su momento mencionó Raúl
Trejo Delarbre: "El hecho de verlo justamente cuando ocurría , o unos minutos más
tarde, contribuyó a crear en los telespectadores un sentimiento de participación. La
televisión tuvo así, la función de aproximarnos a la catástrofe. Al permitirnos estar
implicados en ésta aunque fuese como testigos nos hizo también partícipes del temor que
suscitaron los atentados. Desde el martes 11 todos hablamos de la tragedia en primera
persona. (2)
Dios bendiga a América.
CNI
recuerda el 11 de septiembre si, pero de 1973, fecha inolvidable para Chile en la que
Salvador Allende fue traicionado y derrocado por Augusto Pinochet con la ayuda
norteamericana. Se ven protestas por parte de la gente, manifestaciones de repudio frente
a este último. Al regresar de los cortes comerciales, el tema norteamericano continua,
testimonios de gente que falleció el día del atentado en Nueva York y se reportan por
vía telefónica a sus hogares diciendo lo que les está pasando, su sufrimiento, sus
últimas palabras.
Por su parte noticieros Televisa, a través de Joaquín López Dóriga utiliza su televoto
y pregunta: "¿Usted apoyaría un ataque militar de Estados Unidos a Irak?" De
un total de 27 mil 824 llamadas emitidas, el 69 por ciento estuvo en contra, el 24 a favor
en tanto un 7% aún no lo sabía. (3)
Pero también aparece el "autor ideológico" del martes negro americano, Osama
Bin Laden habla de cada uno de los secuestradores y de la tarea que llevó a cabo los
bendecidos por Alá el año pasado. Y es que se sabe que Chafi Bin Laden, el hermano, era
uno de los invitados de honor (en su calidad de inversionista valioso) a una conferencia
del Grupo Carlyle, en un hotel de Washington. (4) Por su parte el escritor Alfredo
Jaliffe-Rahme habla de que podría ser que la familia de Bin Laden rompiera sus lazos
entre sí y que Osama sea hoy su oveja negra, sobre todo cuando la televisión Al Jazeera
con sede en Qatar, da a entender que la tránsfuga del terrorismo internacional islámico
admitió su presunta culpabilidad. Suena por demás interesante que el actual director de
Al Jazeera haya sido el anterior director de la Voz de EU para Oriente Medio, y que la
minúscula petromonarquía de Qatar, más que un país hecho y derecho, sea más bien una
franquicia de las "gasolineras anglosajonas". (5) (sigue)
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